Gente loca y feliz

Gente loca y feliz

Gente loca y feliz, camina desarmada

gente loca y feliz, nada despreocupada

gente loca y feliz, se ve desconcentrada

gente loca y feliz, cerebros de lombriz

Gente loca y feliz, pasea por la vida

gente loca y feliz, se siente comprendida

gente loca y feliz, parece conocida

gente loca y feliz, cerebros de perdiz

Gente loca y feliz, cerebro de lombriz

gente loca y feliz, cerebro de perdiz

Gente loca y feliz, tejiendo telarañas

gente loca y feliz, creando una maraña

gente loca y feliz, hilando sus pestañas

gente loca y feliz, hilitos de tapiz

Gente loca y feliz, no sabe de problemas

gente loca y feliz, ya no usan emblemas

gente loca y feliz, no saben de algún tema

gente loca y feliz, ojos de codorniz

Gente loca y feliz, hilitos de tapiz

gente loca y feliz, ojos de codorniz

Gente loca y feliz, camina cual ganado

gente loca y feliz, desconocen lo obrado

gente loca y feliz, ya me tienen rodeado

gente loca y feliz, ya no sé qué decir

Gente loca y feliz, cerebro de lombriz

gente loca y feliz, cerebro de perdiz

gente loca y feliz, hilitos de tapiz

gente loca y feliz, ojos de codorniz

Engaño

Engaño

Te avisaron

te advirtieron

te llamaron

te gritaron

y no escuchaste

No fue una vez

miles como ves

no creíste

ignoraste

ahora lo ves

Engañado, postergado, enredado, anormal

Miras de fuera

aunque no quieras

larga espera

exaspera

no tiene final

Marchan sin pudor

no tienen temor

tú no existes

feneciste

dejaste de ser

Engañado, postergado, enredado, anormal

Solo en un rincón

lleno de rencor

excedido

mal herido

sin ningún valor

Engañado, postergado, enredado, anormal.

Opinión sobre “La Muerte de Virgilio”: el carrete de los escritores.

Acabo de terminar de leer “La Muerte de Virgilio” de Sergio Amira, publicado por Editorial Biblioteca de Chilenia en octubre de 2013. Sin más preámbulos, paso a describir lo que este texto me hizo sentir, y que ya dejé ver en el título de esta opinión.

“La Muerte de Virgilio” es un libro extraño. Ya en las primeras páginas me sentí en medio de un carrete ñoño, y con el desarrollo del texto por fin pude ubicarme directamente en el entorno del libro: un carrete de escritores emergentes en el Café Comics de Manuel Montt. Cada personaje de esta novela habla de su tema favorito, cada cual intenta destacar, lucir sus conocimientos o mentiras, encauzar el diálogo al tema en que se maneje mejor para poder sobresalir. En la misma línea, el protagonista es el alter ego de un ñoño, un ser sufrido incapaz de darse cuenta de sus capacidades, pues sólo vive enfrentado a sus fracasos, mismos que le sirven de carta de presentación frente al resto de los ñoños que lo rodean. El formato de diálogo me hizo sentir una gran fluidez de la historia, pese a la gran cantidad de datos aportados por el autor, que supongo que serán verdaderos no más allá de la mitad de ellos.

“La Muerte de Virgilio” es un relato sobre ñoños que lucen sin vergüenza sus ñoñerías. Si se quieren entretener con un texto de forma densa y de fondo liviano, adquiéralo y léalo, y prepárese para un final sorprendentemente… ñoño.  

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