domingo, mayo 25, 2008

La Tierra en que Morimos

o se si es sólo percepción mía, pero el planeta se nos está poniendo bastante movedizo y peligroso este último tiempo. Myanmar, China, Chaitén, algunos estados de Gringolandia, se han visto azotados por fuertes embates de la naturaleza. ¿Qué está pasando?

Las teorías son variadas, desde el acabose de mundo (basado en las profecías de Nostradamus y de los mayas) hasta el calentamiento global (basado en las profecías de Al Gore y en los estudios de algunos científicos, utilizadas por Gore para hacer sus profecías). Lo cierto es que cada año hay más catástrofes naturales y más violentas, y pese a los avances de la tecnología no se pueden predecir ni evitar, ni tampoco aminorar el número de víctimas y damnificados.

La tierra… este planetita con la suerte (o el designio) del agua que permitió que la vida se diera en él a raudales, ubicado a la distancia precisa de un sol chico (G7 según los que saben de soles) está vivo. Y al parecer nos tiene una sorpresa oculta por ahí. ¿Cuál? Según yo, la fecha de vencimiento.

Mucho se habla acerca del término del planeta gracias a algún meteoro (incierto), a la pasión y muerte del sol (demasiado lejano). ¿Y qué pasaría si antes de todo aquello nuestro planeta llega a su fecha de vencimiento, esto es, el punto en el cual le hemos pedido tanto que ya simplemente no le queda más para darnos? Piénsenlo…

Como rebuzno de fin de post les dejaré el último tema de mi cedé, y por ende el último que compuse. Si quieren darle alguna relación con el post, digamos que traduce más o menos el modo en que tratamos a la tierra. Con ustedes, el Blues del Poto. Saludos sangrientos.

Blues del Poto


Etiquetas:

domingo, mayo 18, 2008

Arte intelectual


n un noticiario hace una semana se comentaba acerca de la colección de manuscritos que llegaron a Chile de la Premio Nobel Gabriela Mistral. Dentro del reportaje me llamó la atención cuando dijeron que la poetisa tenía un listado generoso de palabras que utilizaba para completar sus poemas, para mantener la perfección de la métrica y de la rima. Ello me hizo reflexionar un poco acerca de mis vagos intentos de pseudopoesía y de mi humilde percepción respecto del arte.

Las manifestaciones artísticas varían con el tiempo, lo que hoy es arte ayer no lo era y mañana tal vez tampoco lo sea, dependiendo de la visión de mundo que haya en cada momento de la historia de la humanidad. Pero sea como fuere, el arte en sí no es otra cosa que la manifestación de sentimientos por algún medio físico que sea capaz de transmitirlos a otros y de representarlos o hacerlos patentes.

La complejidad de la mente humana ha llevado a establecer cánones que norman todas las actividades, y el arte no ha escapado a ello. Es así como cada manifestación artística tiene ciertas técnicas que pueden servir para enmarcarse dentro de dichos cánones ya establecidos. Como ejemplo puedo poner mis vagos experimentos pseudoartísticos: para poder escribir necesito saber gramática, ortografía, métrica, rima; para hacer algún tema musical necesito saber teoría musical y conocer los acordes de los instrumentos que toco, armonía y melodía; así también hay técnicas para pintar, esculpir, fotografiar, filmar, etc.

¿Y qué pasa con aquellos que no manejan ninguna de estas técnicas pero tienen la creatividad suficiente para hacerlo igual? ¿Qué pasa con aquel que escribe con faltas de ortografía y métrica pero cuyos escritos conmueven al más duro? ¿Qué pasa con aquel que aprendió a cantar y a tocar de oído, que no tiene ni idea de partituras, pero cuya obra es capaz de trascender en el tiempo? Por otro lado, ¿qué hay con aquel que se ha licenciado en arte en cualquier mención, que es capaz de hacer clases a otros, pero cuyas creaciones no son más que perfecciones insensibles?

Este texto no es una crítica a ninguno de los dos grupos, sino una simple visión externa de alguien que se deleita con las letras y la música, y que experimenta con ellas. Dejo abierto el tema para que expongan sus propias visiones acerca del arte y la necesidad de estudiarlo para poder ejecutarlo, y si algún artista de cualquiera de los dos grupos cae por aquí, que nos hable desde su trinchera.

Para cerrar el tema rematándolos en el piso, les dejo el rebuzno de la semana. En esta ocasión otro de los temas de mi cedé, el Blues del asesino serial. Saludos sangrientos.

Blues del asesino serial

Etiquetas:

sábado, mayo 10, 2008

Día de furia (o la crónica de un aspirante desilusionado)


na sabia frase de un “aspirante a sabio” amigo me hizo despertar en ciertos aspectos de mi visión de la realidad. De golpe y porrazo me enfrenté al hecho de vivir en una sociedad en que el conocimiento no es un fin sino sólo un medio más para obtener objetivos materiales.

No es un gran descubrimiento el que hice, pero seguía siendo del club de ilusos que pensaba que la sociedad no podía aspirar a más porque aún no era capaz de satisfacer sus necesidades básicas. Y ciertamente me acabo de dar cuenta que, pese a estar envuelto en un entorno profesional de cierto nivel (tanto económico como intelectual), las problemáticas siguen siendo las mismas y los objetivos similares. No hay un gusto por saber nada fuera de aquello que preocupa directamente a nuestras profesiones (y por ende a nuestros bolsillos), no hay un afán por ser más persona que profesional, no hay una búsqueda de trascendencia a favor del resto.

En estos instantes veo que ese desarrollo integral, físico, psicológico, emocional, intelectual y trascendental conocido como sabiduría es una mera utopía. A lo más que podemos aspirar es a tener más conocimientos, en una o más áreas, ¿y para qué? Simple, para hacer usufructo de ellos: lograr estatus social y económico, llamar la atención hacia nosotros, lograr más bienes que el resto; en definitiva, parecer más de lo que en realidad somos.

¿Qué ganamos con parecer más de lo que somos? Reconocimiento, aprobación, palmadas en la espalda, fotos rodeados de gente que sonríe por estar con nosotros, o sea, agrandar nuestro ego. ¿Se acuerdan cómo se llama aquel preocupado de su ego, o sea de sí mismo, en desmedro de los demás? Egoísta. Ergo, estamos alimentando (y con un régimen definitivamente hipercalórico) a una sociedad egoísta siendo más egoístas cada día.

Algunos de ustedes podrán argumentar que no todos tienen los medios ni las capacidades para crecer como personas. En cuanto conocimiento tal vez, no todos tienen las mismas capacidades para almacenar y recordar datos, ni para procesar del mismo modo el mismo tipo de datos. ¿Y en cuanto al resto? Lamentablemente sucede lo mismo, y es justamente esto lo grave. No todos somos capaces de sentir, de elaborar nuestros sentimientos ni nuestras sensaciones; no todos somos capaces de creer, o de entender por qué no creemos; no todos somos capaces de responder nuestras preguntas, algunos no pueden hacérselas, e inclusive hay otros que ni siquiera saben que se puede (y a otros no les interesa).

¿A qué voy con esto? A que estamos olvidando uno de los sentidos de la vida, que es vivir. Hoy en día estamos abocados a sobrevivir: vivir para trabajar, endeudarnos, pagar las deudas para poder adquirir otras, suplir carencias afectivas y de tiempo con bienes materiales, crear un entorno que nos haga parecer más de lo que somos (o de lo que sentimos que somos)

Se supone que aquí viene el párrafo donde remato el tema, dando mi atisbo de solución parcial al problema que enuncié. Pues para esto no tengo solución, ni atisbos, ni esperanzas. Si hubiera podido ser más que un simple aspirante a sabio, tal como mi amigo José, este post terminaría distinto. Pero me quedé en eso, en un aspirante. Tal vez si hubiera llegado a ser sabio habría podido responder esta y otras preguntas; tal vez si hubiera llegado a ser sabio, ni siquiera las estaría haciendo; tal vez si hubiera llegado a ser sabio, sabría que hay preguntas que no tienen respuestas, y otras que simplemente nunca hay que hacer. Saludos sangrientos, más que nunca…

Etiquetas:

domingo, mayo 04, 2008

Cuento perdedor


ndo medio pobre de ideas, así que ya que terminó el concurso de cuentos de las MCH30 y no quedé ni siquiera seleccionado, les dejaré dicho cuento para rellenar hasta que se me ocurra algo fome o estúpido como para hacer un nuevo post. Saludos sangrientos…


Raquel

Raquel caminaba tranquilamente por el parque. Su calma no era sólo por sus ocho meses de embarazo, sino porque por fin había logrado la estabilidad emocional para no tener que correr para sentirse útil en la vida. Tal vez se había demorado algo más que sus amigas y familiares, pero en ese instante ya no importaba, en ese momento lo más importante eran ella y la nueva vida que llevaba en su vientre. Mientras caminaba, observaba los detalles que su acelerada existencia le había impedido apreciar: postes de luz antiguos con adornos en sus bases y puntas, estatuas, techumbres con decorados de distintos orígenes, todo ello enmarcado por una naturaleza que empezaba a descubrir y que ni sabía que existía en plena ciudad. Árboles diversos, aves cuyos cantos, formas y colores eran una sorpresa, flores… todo aquello que antes no importaba pues no era productivo, ahora eran parte importante de sus intereses, pues todo lo que la hiciera sentirse bien consigo misma y con el fruto de su vientre era primordial.

Raquel ya tenía 36 años, y el hijo que esperaba era el primero. Casi había descartado en su vida la posibilidad de ser madre, por lo que se había dedicado a trabajar sin parar y a viajar por todo el mundo haciendo negocios, hasta que apareció Marco. Marco era un joven que no existía para la realidad de Raquel, un ser improductivo, un “artista” que pintaba óleos que vendía en la vía pública para sobrevivir. Esa tarde iba saliendo del edificio corporativo donde trabajaba atrasada para el gimnasio, cuando por correr para tomar un taxi derribó de un empellón al delgado pintor, desparramando por el pavimento sus pinturas. La mujer quedó paralizada al ver que uno de los cuadros era un retrato de ella. Al encarar al joven éste quedó congelado, pues nunca la había visto: todo lo que pintaba eran los sueños que lograba recordar cada mañana al despertar. Esa tarde Raquel no fue al gimnasio y Marco no vendió ninguna pintura. Luego de recoger todo se sentaron a conversar en una plazoleta acerca del mundo y sus realidades, y ambos descubrieron en esa charla la otra cara de la moneda llamada vida. En un par de meses Raquel conoció un tipo de felicidad que no sabía que existía, y Marco supo que a veces los sueños se pueden hacer realidad. Nada tendría la fuerza de separarlos, pues el amor que habían logrado esos dos meses era real y por ende, sempiterno. Desde ese instante serían inseparables…

Raquel caminaba tranquilamente por el parque. Esa tarde se juntaría con Marco; cada vez que se juntaban su hijo parecía reconocerlo, pues inmediatamente empezaba a moverse descontrolado en el vientre de su madre. Por fin estaba llegando, luego de media hora de caminata. Dulcemente depositó el ramo de flores en la tumba de su amado, para luego seguir contándole todo aquello que en dos meses no fue capaz de narrarle.

Etiquetas: