Como han notado los que han visto mis comentarios en otros blogs, soy enemigo público número uno de esta tendencia mediática nacional, que según mi humilde apreciación es uno de los eslabones de la cadena que impide a la mentalidad de este país despegar hacia Chile y alejarse de shilito. Pero quiero enfocar mi visión del asunto no hacia el chancho, sino hacia quien le da el afrecho.
Los medios son un negocio, cuyo objetivo es vender. Sin ser un experto en finanzas o marketing, para que algo se venda tiene que haber quien lo compre. Si existe un auge de esta tendencia actualmente en nuestros medios es porque hay gente dispuesta a consumirla. Esto quiere decir que hay gente capaz de invertir en electricidad, periódicos ó revistas para estar al día… ¿en qué?, en que el
este que pololea con la
esta bailó con la
esta otra, y como la
esta lo pilló, se enojó y se metió con el
este otro… Si hacen el ejercicio y cambian los nombres de los faran-tuleros shilensis repetidas ocasiones, se encontrarán con los diversos programillas y capítulos de dichos programillas sin tener que invertir ni un veinte.
Desde mi humilde punto de vista, tanto los famosos como los desconocidos tenemos una actividad que desarrollamos y una vida que vivimos. Si un hombre es futbolista, me interesa lo que haga en la cancha, y no cómo baile y con quién en la disco de moda. Si una mujer es cantante, quiero escuchar su voz, y no sus opiniones sobre modelos y sus motivaciones para emitir dichas opiniones. Por otro lado, no considero válido elevar a algún famoso a la calidad de “modelo a seguir por la juventud”: generalmente estos ídolos terminan mostrando sus pies de barro…
Sé que existen muchos argumentos que se pueden utilizar para “contraatacar”: que el hombre se idiotiza con el fútbol aprendiéndose hasta las estadísticas de los partidos, que la faran-tula no daña a nadie, que la hocicología es un modo de hacer “periodismo investigativo”, que los faran-tuleros viven de sus escándalos... Todo esto puede ser cierto, y no soy quien para analizarlo y concluir en base a mi análisis. Tampoco me interesa que mis escasos comentaristas se “delaten” preguntándoles si les interesa o no esta tendencia. Menos pretenderé que analicemos los porqué de esta tendencia. Mi pregunta en este post va dirigida a un tema más básico:
¿Por qué hay gente interesada en la vida de los demás?
Si lograron llegar acá sin huir despavoridos a ver el SQP, CQC y TKG, los terminaré de rematar en el piso con mi particular rebuzno. Para esta ocasión les dejaré un tema que considero bastante ad hoc. Con ustedes, The great pretender. Saludos sangrientos…