miércoles, marzo 29, 2006

Tanka aburrido

Penélope me regaló una tarea. Pese a ser enemigo de la métrica, he aquí mi tanka aburrido:

Dragón de fuego
que vuelas sobre todos
iluminando
las noches más oscuras
que brotan de mi mente

Veamos, a quién le daré este regalito.... ya:
Algo de música para no desentonar... Michelle de The Beatles. Saludos sangrientos...


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domingo, marzo 26, 2006

Estoy aburrido II: el retorno

Palabras deformes

Después de siglos caminar por las vidas vividas
soñar con todo aquello que faltó por hacer
recordando los buenos y malos trances
y sacando las lecciones útiles dadas
por todo aquel que cree que debe
dárselas de guía o consejero,
llega la hora de partir,
de no retornar más
a esta tierra
dolorosa
y fría
o
quizás
pensarlo
y reiniciarse
y reiniciar la ruta
pensando de nuevo
en otras metas plausibles
de cumplir en el mismo entorno
antes de planificar el paso definitivo
de dejar el medio conocido y comenzar
la conquista de nuevos mundos y realidades
dejando el planeta por el universo al lado afuera.

Para rematarlos en el piso: un tema que conozco pero desconozco (no sé cómo se llama). Si algún desventurado(a) lo escucha y sabe cómo se titula, agradeceré me lo digan. Saludos sangrientos...


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martes, marzo 21, 2006

Estoy aburrido...

Palabras con forma

Tú,
todos
están aquí
condenados por él
el más justo y el terrible
el juez que castiga lo castigable
y que premia lo premiable: redención
creo que ese era el nombre original que usaban
que se fue tergiversando con el tiempo
como todo aquello que no conviene
a los líderes pensantes que dan
lo que quieren darnos y sólo
cuando suponen que deben
o sea cuando suponen
que el impacto
no será tal
en quienes
leamos
eso.

¿Música para... esto? Mi versión de Romanza (anónima). Advertencia: si te gusta la guitarra clásica no escuches esto...

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domingo, marzo 19, 2006

Misterios

La literatura estos últimos años ha girado en un buen porcentaje hacia los misterios. Es absolutamente normal ver una gran proliferación de novelas y textos que hablan de secretos, misterios sin resolver, interpretaciones paralelas a realidades que hasta ahora manejábamos como dogmas, acertijos. Por otro lado los canales de cable nos bombardean con descubrimientos, expediciones a lugares que ni ellos sabían que existían, documentos retraducidos de lenguas que nadie ha pronunciado en varios siglos. Ni que decir el cine o la televisión abierta, donde ya es pan de cada día.

Aparte de los evidentes cuestionamientos con el conocimiento o con las creencias clásicas, hay otro punto que también debe considerarse: todo esto forma parte de un negocio, es decir, hay que vender (o fabricar) lo que se vende, y no algo que quedará en las vitrinas por tiempo indefinido, o que no será capaz de justificar la inversión que se hizo para su elaboración. Por tanto, si este género prolifera, es porque hay un creciente (tal vez latente) interés por todas estas creaciones, descubrimientos, investigaciones o elucubraciones. Por un asunto meramente educativo, la mayoría de los lectores de hoy nos creamos leyendo lo que los planes educacionales vigentes en nuestro tiempo dictaban, o lo que nuestra familia nos inculcaba por premisas meramente culturales; y salvo la literatura de Verne, no existe en los colegios una gran adicción por este tipo de literatura, cine o televisión.

¿Qué es lo que lleva entonces, a seres comunes y corrientes, con vidas casi absolutamente dirigidas a producir en un entorno encapsulado, a meterse en estos universos de conocimientos cuestionados y a veces cuestionables? Pueden esgrimirse tantas respuestas como lectores existan, y todas ellas son absolutamente válidas, por supuesto. Modestamente les ofrezco mi visión (que no es absoluta ni necesariamente mi realidad).

Vivimos en este instante en una sociedad lineal. Te levantas, bañas, desayunas (a veces) y partes al colegio, liceo, universidad, CFT o trabajo. Cumples tus obligaciones y vuelves a tu hogar. Desarrollas en tu entorno amistad con gente que, de no ser por esa relación de horas de contacto “obligatorias”, a veces no guardan relación con tu realidad o intereses. Vuelves a casa, comes, compartes con tu familia (si la tienes), duermes, y a levantarte al día siguiente a repetir lo mismo. Quince días al año (a veces más, la mayoría de las veces menos) te alejas de ese entorno por tus vacaciones para cumplir el ritual: playa, campo, piscina, pagaderas a 12, 24 o 36 cuotas..... Parece cuento de terror, pero debo suponer que más de alguno de los que cayó por acá se sintió, aunque sea tangencialmente, tocado.

¿Cuántos años es posible aguantar esta realidad sin explotar? ¿Cuántos ciclos rutinarios podemos girar una y otra vez, sin tener una válvula de escape? Acaso es esta realidad de misterios y aventuras una poderosa válvula para alejarnos del mundo real, tal como son los blogs para algunos de nosotros. Y de ese modo se puede tolerar y soportar una realidad lineal, sin sobresaltos, porque tenemos un mundo paralelo que nos alimenta el espíritu y nos permite tener el oxígeno suficiente para circular por el túnel lleno de monóxido de carbono que significa el mundo real. Vamos a las preguntas de siempre:

¿Son capaces de tolerar el mundo real sin válvulas de escape?

¿Cuál válvula funciona mejor para ustedes, los misterios o los blogs?

Para culminar la lata, un tema ad-hoc al tema central de este post. Mi versión rebuznada de Wind of changes, de Skorpions... ¿qué creían, el tema central de The twilight zone? Saludos sangrientos...


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lunes, marzo 13, 2006

El día después

Con esto del cambio de gobierno se me iluminó la ampolleta. Todos han estado preocupados del día en cuestión del cambio de gobierno: ceremonias, fiestas, felicitaciones, fotos, chascarros. Pero también pasan otras cosas mucho más frecuentes y cotidianas: regreso a clases, vuelta de vacaciones, ingreso al colegio, ingreso a la universidad. Tal como en el primer ejemplo, viene una serie de preocupaciones acerca del día “D”: uniformes, despertadores, ropa, bolsos, documentos, utensilios, desayunos a la carrera, llantos, alegrías, saludos, reencuentros, fotos, mechoneos, trámites. Y de pronto parece que toda nuestra energía y preocupación se centra en un solo día, como si el resto del año no existiera o no importara, o como si esperáramos que la ley de la inercia nos tome de la mano y nos lleve por el resto del camino a seguir.

Entonces nos encontramos con un grupo heterogéneo de individuos, de todos los grupos sociales, edades y sexos que llegan preocupados de un solo día, y más precisamente, de algunos minutos de ese primer día, desentendiéndose de lo que sigue a ese instante o a ese día. Parece que toda la existencia y toda la importancia de los potenciales objetivos planteados para el año se centraran en ese primer pedazo de día; o como si se esperara que la “fortuna” que se genere ese día sea preámbulo (o alcance) de todo lo que viene a posteriori.

¿Adónde voy con tanta cháchara? A que los objetivos que nos podemos plantear en nuestra existencia se ven opacados por cosas menores la mayoría de las veces. A que tendemos a anclarnos al azar como eje de nuestro devenir: “todo depende de cómo te vaya el primer día”, “tienes que empezar el año abrazando a alguien del sexo opuesto para que te vaya bien”, “tienes que usar calzones amarillos a fin de año”, etc. Con esto no pretendo denostar tradiciones simpáticas, pero sí poner énfasis en la aparente poca confianza que tenemos en nuestras posibilidades, en la capacidad que tenemos de arreglar las dificultades sobre la marcha, o las posibilidades de planificar actividades para el año que viene, pero no con buenas o mágicas intenciones (ojalá me gane el kino este año para no trabajar más) sino con un plan de acción definido con objetivos y plazos (e inclusive planes de contingencia o planes alternos si uno de los primeros no se cumple). Suena tal vez a ciencia ficción en chilito, o inclusive suena casi como un curso de superación personal; pero si lo analizamos fríamente, algo así no implica una mente superior ni estudios universitarios de postgrado. Si un dueño de casa es capaz de organizar su presupuesto para que dure hasta fin de mes, o sea, es capaz de programar un mes, debería ser capaz de programar 12; si una madre soltera puede organizar su tiempo para que le alcance para trabajar y cuidar a sus hijos, puede también plantearse objetivos a un futuro mediato.

Luego de toda esta lata, termino mi texto (algo desordenado por lo demás) con las típicas preguntas fomes de siempre:

¿Somos capaces de planificar, aunque sea en un pequeño porcentaje, nuestras vidas?

y si lo somos, ¿lo hacemos?

y si lo hacemos, ¿lo evaluamos?

Para finalizar, el rebuzno de fin de post. En esta oportunidad mi canción favorita, In my life de The Beatles. Los que sepan inglés y no la hayan escuchado, fíjense en la letra, pero primero consigan una versión bien pronunciada para que la logren entender. Saludos sangrientos...


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miércoles, marzo 08, 2006

Adjetivo calificativo

No sé si sólo es percepción mía (o locura) pero cada vez más me encuentro, al leer comentarios en diversos blogs, una serie de calificaciones de diverso tenor. Lo que más me llama la atención es el hecho de encontrar calificaciones casi definitivas de tal o cual hecho o persona: esto “ES”, tú “ERES”, en vez de decir “CREO QUE ES” o “PIENSO QUE ERES”. Y nos vamos al tema que me interesa tratar: la verdad.

¿Qué es la verdad? Aparte de las definiciones de cuanto diccionario se les ocurra presentar como argumento, hoy en día la “verdad” se debate como una propiedad exclusiva de algunos personas o grupos de personas. Se presentan opiniones como verdades a cada rato en este universo paralelo, la mayoría de las veces de un modo agresivo e impositivo. Es verdad, cuando uno se apasiona con un tema o maneja un área del conocimiento de manera más profunda que el resto de la población tiende a expresarse de un modo a lo menos inadecuado; y también al sentirse “agredido”, en vez de fijarse de dónde viene y en qué contexto se genera la agresión, inmediatamente tendemos a agredir para defendernos.

La verdad... modestamente creo que la verdad es un concepto absoluto dentro de un mundo relativo. Una persona que considero muy sabia, y a quien tengo el honor de conocer hace demasiados años, me dio un ejemplo que me gustaría compartir, y dejar a vuestras opiniones:

“...si yo te muestro este libro, y tú estás frente a mí, mi verdad es la tapa, tu verdad es la contratapa, la verdad del que está al lado es el lomo, y la de aquel del otro lado es un montón de hojas juntas... todas son distintas partes de la misma verdad llamada libro, y ninguna desautoriza a las otras, porque todas se complementan...”

De seguro estas disquisiciones molestarán a más de alguien, y sin ser ese el propósito está dentro de mis objetivos. Un blog es un medio de opinión, donde cada cual dice lo que cree o siente, y si así lo cree conveniente, abre un espacio para que otros comenten lo que él opina, teniendo en claro que esos comentarios son OPINIONES, con autor intelectual, y como dicen los programas de televisión al final, representa a quien las emite y sólo a ese individuo. Por favor no piensen que este post va dirigido a alguien en particular, pues no voy a gastar mi blog en una sola persona, ni voy a generalizar por un solo blog o comentario. Esta es mi visión de este fenómeno del cual formo parte hace unos siete meses más o menos. También sería interesante ver opiniones de quienes ya llevan años en esto, para saber si es un asunto nuevo o siempre ha ocurrido y yo no lo sabía. Para seguir en la línea de siempre, aquí va mi pregunta:

¿Quién es dueño de la verdad, o quién da el derecho para que alguien lo sea?

Y para finalizar, el rebuzno de final de post. Como me volé en este post, creo que lo más adecuado es dejarles mi versión de The man who sold the world, que no es de Nirvana sino de David Bowie (traten de escuchar el tema original, es casi irreconocible). Saludos sangrientos...


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lunes, marzo 06, 2006

Blood Blog Blues

Estimados amigos: los invito cordialmente a Doctor Blood al lanzamiento del tema oficial de dicho blog, titulado Blood Blog Blues. Espero les guste esta humorada. Que lo ¿disfruten...?

Datos técnicos:
-PC Casero Productions (mi tarro)
-Guitarra eléctrica Samick LSM-80
-Software Nero Wave Editor 2.0 (grabación de pistas)
-Acoustica Mixcraft 1.10 (mezcla)

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domingo, marzo 05, 2006

Las viudas (de la moda)

Chilito (así prefiero llamar a mi país) es un país con un potencial humano notable. Tal vez el mejor recurso del país, y que sigue siendo subvalorado, es el recurso humano. Dentro de ello, las mujeres de nuestra tierra destacan por un conjunto de cualidades, tanto humanas como físicas. Son trabajadoras, leales, inteligentes e ingeniosas. Pero además tienen una belleza muy particular: si bien es cierto no son tan altas en promedio como en otros lugares, sí saben explotar todos los atributos que la vida les otorgó. En resumen, son mujeres bellas.

Pero hay un detalle, tan notorio como su belleza: la moda. Existen, según mi subjetiva y parcial experiencia, dos grupos muy marcados (debe haber más pero son dos los que más destacan): las uniformadas y las viudas. De las uniformadas no me voy a referir, porque he visto muchas modas que en un principio parecían interesantes, pero luego de 3 o 4 semanas llegan a marear por lo repetido, pese a que el físico de algunas no sea “compatible” con tal o cual prenda. Vamos a hablar de las viudas.

No soy un interesado en la moda, de hecho al declararme fome en el post anterior también englobo el uso de ropa, la cual para mí es un asunto meramente de funcionalidad y comodidad (combino tanto como una ensalada de tomates con vinagre). Pero al caminar por Santiago me encuentro con cientos (sin exagerar) de mujeres... de negro. Y no me estoy refiriendo a punks, góticas o trashers, cuya moda es así. Me estoy refiriendo a mujeres comunes y corrientes, de todos los estratos sociales y económicos, de todas las formas y colores, de todas las edades, en cualquier época del año... de negro. He escuhado comentarios que dicen que el color negro (que a todo esto no es color sino ausencia de éste, y al cual ya tienen categorizado en varios tonos y subtonos) hace que la gente que lo usa se vea más delgada, aunque no lo sea. También se dice (y eso es más cierto) que la ropa negra ayuda a mantener el calor (pero en pleno verano sigo viendo demasiadas mujeres con estas prendas). No sé como será este asunto de la moda fuera de chilito, y si alguien del extranjero cae en este blog, antes de escapar, podría dejar constancia de su realidad.
Por lo tanto, estimadas féminas de mi nación, acá va mi consabida pregunta:

¿Porqué usar ropa negra cuando existen tantas posibilidades de colores y mezclas que tan bien saben usar y recomendar a sus amigas y parejas?

Si alguno o alguna llegó a esta parte del relato sin ganas de insultarme y sin dormirse, antes de que pongan sus tiernos y dulces comentarios acerca de mis conceptos, les dejo mi versión rebuznada de Lady in red, de Chris Deburgh. Ya que hablamos de colores y moda, de rojo se ven mejor. En especial mi amada, quien fue la que me indujo a destrozar esta canción. Saludos sangrientos...


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