Ocio

ecían los griegos del período clásico que el ocio era el tiempo propicio para lograr la sabiduría. En parte puede ser cierto, pues son esos espacios de tiempo los que permiten que la mente vuele y descubra cosas que la vorágine de la vida le impide.

Para los mortales comunes y corrientes como yo aspirar a la sabiduría no es más que una quimera, pero sí podemos aspirar a usar nuestras capacidades en cosas que generalmente no hacemos. Pues bien, en un rato de ocio (de los tantos que tengo) hice una improvisación instrumental, bastante básica por lo demás, pero que me dejó conforme. Y bien, decidí hacerle un par de arreglos para presentárselas, a ver qué les parece. Lamentablemente para mis fans, en esta ocasión no hay karaoke. Saludos sangrientos.

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